Ciudad Bolívar, Estado Bolívar, Venezuela.
Doctor en Gerencia, Filósofo,
Ingeniero Electricista, Docente, poeta, ensayista y cuentista. Ha publicado: El sol como
por dentro (Poesía, 1982), Enseres (Poesía, 2000), Fábula del pez y la colmena
(Poesía, 2004), Una gota de sangre sobre las sábanas (Cuentos, Maltiempo Editores, 2009), Doblar el
hierro (Poesía, Fondo Editorial del Caribe, 2011, Premio Nacional de Literatura "Freddy Hernández Álvarez", Mención Poesía). Su obra ha recibido importantes reconocimientos.
Obras disponibles:
Angostura es
historia, pero también la ciudad cuyo río la admira con palabras frescas y
sensibles que terminan por convertirse en poesía. A su vez, cada poema da
cuenta de una serie de elementos que, desde luego, conforman y definen el lugar
como una tierra de amplios colores, donde la gente, las costumbres, las calles
y todo lo demás, forman parte de la magia, de cada milagro, y de todos esos
versos que capturan la imagen que luego será una postal.
La voz de
Julio César Blanco Rossitto, que hemos oído y leído muchas veces en otros
ámbitos, en otras circunstancias, ahora nos muestra un dueño: la ciudad, el río
y todo lo que ello significa: la historia detrás del pueblo y su tiempo.
En este
trabajo, su más reciente obra poética, preserva la esencia, atributo salido de
algún lugar de los recovecos del pensamiento, pero esta vez para regalar a sus
lectores, sobre todo los más cercanos a la tierra que describe, las palabras
precisas, unos versos concretos que representan un homenaje no sólo a los lugares
y paisajes de los que se ocupa, sino también a la vocación de poeta, a esa
orfebrería que tiñe de oro las palabras que son auténticas.
Con una nota
introductoria de nuestro amigo el poeta Alberto Hernández —quien gustosamente nos ha regalado su tiempo y
afecto luego de leer los poemas del río y la ciudad—, se inicia esta obra formidable. En dicho texto
se abordan las impresiones desde un punto de vista externo, una visión muy
particular que nos sitúa sobre cada elemento que vibra en el interior, y mediante
el cual va mostrando como cada poema se transforma, luego de su lectura, en una
postal que se queda grabada en la memoria de cada lector, sobre todo aquel que ha
ido y venido a través del puente, del río y del cielo de Angostura.
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Los italianos es una colección de poemas en prosa de un tono extraordinario. El conjunto da forma a una obra que no sólo hace tributo a la literatura, sino también a la vida, la familia y al exilio como una manera de mantener presente ciertos elementos tan simples como las costumbres, olores, sabores, sitios inolvidables y algunos sonidos tan particulares como los de una guitarra, un tren o un barco que zarpa.
El lector dispone de una pieza impecable, una biblioteca minúscula que nos da a conocer quiénes llegaron, qué hicieron y adónde fueron. A su vez representa un diálogo que nos advierte sobre un autor que precisa dejar constancia de su ascendencia, pero también de su arte, de esas palabras que resuenan y evocan un tiempo: el breve espacio donde existimos.
Compuesto de dos secciones: "Otras maneras del despojo" y "De si pájaro en ti por vuelo"; De nosotros una orilla es un libro de poemas donde resalta una voz intensa, en ocasiones dura, irreverente, que sirve de guía para mostrarnos las formas del pensamiento y la manifestación de muchos elementos que forman parte del quehacer cotidiano.
La voz de Julio César Blanco Rossitto tiene un sonido intenso, cercano a ciertos poetas que en el pasado se atrevieron a sonar diferente, transgrediendo, de alguna forma, esa normalidad que habita en el verso.
A Manus Crito es más que un libro de poesía, es un juego con el lenguaje, un viaje muy particular donde, entre versos, vamos al encuentro de un mundo de transgresión, mordacidad e incluso humor. Pero también para recordarnos que a veces es bueno volver al principio: el lápiz y el papel. Todos y cada uno de los poemas contenidos nacieron primero en papel. El teclado, ese fue después.
Los poemas que Julio César Blanco Rossitto nos presenta en esta propuesta llamada “A Manus Crito”, parecen transitar por un desfiladero desde donde se puede contemplar no sólo las formas y la musicalidad de cada verso, sino también un juego muy entretenido con el lenguaje que incluso, con desparpajo, transgrede las normas de ortografía con gran elegancia.