La Guaira, Venezuela, 1963.
Poeta, narrador y
ensayista. Es Licenciado en Educación en la especialidad de Ciencias Sociales
por la Universidad de Carabobo. Maestro de aula desde el 1991. Es miembro del
equipo de redacción de la Revista internacional de poesía y teoría poética:
“Poesía” del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la
Universidad de Carabobo, así como de la revista de narrativa Zona Tórrida, de
la misma Universidad.
En poesía ha
publicado poemarios diversos como: Zumos, 2002. El silencio del agua (Recopilación
y notas. Poemas y dibujos creados por niños y niñas, 2007. Tramos de lluvia, 2007. Caballo de escoba,
2011. Álbum de mar,
2014. Salitre,
2014. Resurrecciones,
2015; entre muchos otros.
Ha sido ganador de
diversos premios tanto nacionales como internacionales y ha recibido menciones
especiales en concursos de cuentos, así como también narrativa infantil. Ha
sido invitado a festivales nacionales e internacionales y ha sido incluido en
antologías tanto de ficción como poesía en países como Colombia, Argentina y
Perú.
Fotografía: letralia.com
Obras disponibles:
“Toda
palabra a oscuras busca el secreto del poema…”, sostiene una nota del libro
“Inventario para un nuevo altar”, de
nuestro autor Arnaldo Jiménez. ¿Cuál es ese secreto? Posiblemente nadie lo
sabe. Eso es la poesía, una especie de centro solar que gravita sobre la
lucidez del poeta que busca, con paciencia de orfebre, alguna respuesta mientras
compone sus versos, esos que nos convidan a un despertar, ello para presenciar
un amanecer donde los temas, objetos y otros elementos están repletos de
sonidos que son profundamente cercanos.
Para nuestro autor ningún tema es ajeno, de
manera que en cada poema podemos ir al encuentro de Dios y todo lo que ello significa,
pero también de la vida, la muerte, el tiempo, el amor, los recuerdos, el
cielo, el destino, los enseres y, por supuesto, la familia, porque ese amor de
madre, la compañía de los hermanos y el café de la abuela vibran
constantemente; de modo que la familia no es sólo lo que se pueda recordar,
sino también el mar, el lugar de las fotografías que exponen los mejores
momentos, porque La Guaira es mar, felicidad, y las fotografías lo muestran tal
como es, y así desfilan una serie de elementos cotidianos que, a pesar de ser
ajenos, mediante la lectura podemos hacerlos parte de nuestra vida, porque esa
casa, que es un puerto, una montaña o la voluntad de quien la ocupa,
definitivamente se parece a la nuestra: el patio es el mismo que nos abrazó de
pequeños mientras que la cocina y sus olores nos colmaron de felicidad. La
nostalgia es un sentimiento de tristeza, pero vaya curiosidad, también de
placer.
Mención aparte merece el tema del agua. Ésta
adopta cualquier forma en la poética de Arnaldo Jiménez: desde una playa cálida,
hasta el más helado de los océanos, así como el río, una cascada, la lluvia y
hasta la gotera que de pronto aparece en un rincón de la casa. Ello nos hace
recordar a un autor español de nombre Gustavo Martín Garzo, que, aunque su obra
es más narrativa, su adicción por el agua ─en cualquiera de sus formas─, es
evidente en la mayoría de sus obras.
Y si de recordar se trata, obviamente las fotografías
representan el río que nos lleva a la caza de esas evocaciones, y aunque el
tiempo, el fuego e incluso el comején se atrevan a devorar las imágenes, siempre
queda la memoria, ese viaje que es la niebla, la pesca, el cangrejo y el poema,
una serie de versos que quizá regresen al mar, pero que, incluso así, jamás
serán diluidos.
Finalmente, sólo nos queda invitar a nuestros
lectores a un viaje a través de “cualquier
distancia es el mar”, poemas que fueron seleccionados si se quiere de forma
antojadiza, pero con el cariño de siempre hacia la obra de nuestros poetas, en
este caso particular de nuestro amigo Arnaldo Jiménez, a quien agradecemos
ampliamente su atención y conformidad para la publicación de esta antología.
El editor.
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