lunes, 8 de abril de 2024

 

Pedro Guédez

Barquisimeto, Estado Lara, Venezuela.


Docente, escritor y promotor cultural. Perteneció a los grupos literarios “Vertiente” y “Huellatinta” en Barquisimeto.  Ha publicado “Acordes” (Maltiempo Editores, 2002). Además, tiene algunos libros inéditos por publicar: Grietas Cálidas, Voz de piel enamorada, Calles para desollar, Bajo el aura del sonido, entre otros. Ha dirigido talleres de poesía para jóvenes en Barquisimeto, Venezuela. Ha publicado artículos de orden cultural en el diario “El Informador” de Barquisimeto. Ha participado en diversos talleres de narrativa tanto en Venezuela como en Colombia. Actualmente se desempeña como docente en República Dominicana.


Obras disponibles:




El hombre puede abandonar muchas cosas: la tibieza de una almohada, el camino hacia el umbral, incluso algún sueño inconcluso; sin embargo, la música siempre estará ahí, acompañándolo, adentrándose hacia espacios que a veces ni siquiera conocemos; y es que, como dijo alguien en algún momento, sin música no somos nada. Y si hablamos de música, ¿dónde quedan los acordes? ¿Quiénes son esos señores? Quien esto escribe no sabe nada de música, ni siquiera una pizca, pero la adora, y así, sin saber mucho, se puede determinar que un acorde es algo así como dos o más notas, diferentes, claro está, que suenan al mismo tiempo. Así de simple…

Este pequeño libro está lleno de ello, de versos que muestran y hacen sentir la música, pero también las vivencias y angustias no sólo de una época dorada que hace rato ya pasó, sino que sigue ahí, entre nosotros, porque esos géneros (rock, jazz, blues, etc.) aún sobreviven y lo harán por quién sabe cuánto tiempo. Pero, además, algunos poemas representan un homenaje a muchos artistas: Jimi Hendrix, Frank Zappa, Miles Davis, Charlie Parker, Janis Joplin, entre otros.

Los conflictos seguirán lloviendo sobre nosotros, pero la música siempre se hará presente, de muchas formas, en millones de voces y sonidos, y ayudarán en la búsqueda de la sobriedad y la transformación.

De modo que sólo debemos escuchar, es decir, leer.

 

El editor.



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